Conforme vamos creciendo, vamos dejando atrás nuestros sueños de la infancia. Esos sueños que nos hacían sonreír y practicar o estudiar todos los días con gran entusiasmo. ¿Qué pasó con esos sueños? ¿Por qué tuvimos que cambiarlos?
Nunca es mal momento para recordarle a esa persona especial que todavía puede alcanzar sus sueños y que no los deje ir. Dale un regalo para alentar a que siga sus sueños y se reconecte consigo mismo porque una persona que persigue sus sueños es una persona feliz.